Un varón de mediana edad aparece desnudo y brutalmente asesinado en una solitaria playa de Formentera. Según varios testimonios recogidos por la Guardia Civil de las islas, en los días previos se lo había visto en compañía de distintos jóvenes en locales de ambiente gay de Ibiza. Cuando sus jefes llaman a Bevilacqua para que se ocupe de la investigación y lo informan de la peculiaridad del muerto, un ciudadano vasco condenado en su día por colaboración con ETA, el subteniente comprenderá que no es un caso más.
Para tratar de esclarecer el crimen, y después de indagar sobre el terreno, Bevilacqua tendrá que trasladarse con su equipo a Guipúzcoa, el lugar de residencia del difunto, a una zona que conoce bien por su implicación casi treinta años atrás en la lucha antiterrorista.
Allí deberá vencer la desconfianza del entorno de la víctima y, sobre todo, lidiar con sus propios fantasmas del pasado, con lo que hizo y lo que dejó de hacer en una «guerra» entre conciudadanos, como la que veinticinco siglos atrás hubo en Corcira —hoy Corfú— y que Tucídides describió en toda su crudeza. Esos fantasmas lo conducirán a una incómoda pregunta que como ser humano y como investigador criminal le concierne inexcusablemente: ¿en qué medida nos conforma aquello contra lo que luchamos?
Datos del libro:
- Nº de páginas: 544
- Editorial: Destino
- ISBN: 978-84-233-5756-7
- Género: Novela negra
- Año de edición: 2020
- Leer fragmento
El cadáver de un varón es hallado desnudo en una playa de Formentera con evidentes signos de haber sido apaleado hasta morir. Al saber la identidad de la víctima, un ex-colaborador de ETA, el caso pasa a manos de Bevilacqua, subteniente de Policía Judicial de la Guardia Civil. Sabía que la trama sería interesante pero según avanzaba en su lectura me di cuenta de que la investigación del caso era algo secundario. Una vez que entendí eso, empecé a disfrutar del libro mucho más. Bevilacqua se traslada a la isla para llevar a cabo la investigación, pero a cada paso que da, rememora hechos pasados de su lucha antiterrorista. El resultado es un libro que nos recuerda los años duros de Eta alternando el pasado y el presente, y el sentimiento de dolor que reinaba entre la ciudadanía y los propios agentes. Me ha gustado especialmente la prosa de este autor, un poco recargada en algunas ocasiones, pero con una delicadeza suprema.
Mi nota:
8
